CHETUMAL.- Un factor que permite la corrupción en el Centro SCT Quintana Roo en perjuicio del presupuesto carretero es que carece de contraloría interna o unidad de enlace de la Secretaría de la Función Pública.
De esta forma no se realizan investigaciones de oficio ante los señalamientos de los funcionarios de la dependencia.
Como seguimiento de las denuncias en contra del director de la Unidad de Servicios Técnicos, Felipe Puc Hernández, de aprovechar su cargo para lucrar con los contratos de obra pública, al obligar a las empresas ganadoras de licitaciones a contratar a la empresa Control de Calidad en Obras Viales S.A. de C.V., la cual está a nombre de su hija, Daffry Alicia Puc Gómez, este medio se presentó en el Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en busca de alguna unidad interna que esté investigando a fondo el caso.
Sin embargo, dentro del organigrama de la dependencia no hay instancia regulatoria, lo que evidentemente ha sido uno de los principales factores para que sea saqueado el presupuesto federal carretero.
El organigrama del Centro SCT Quintana Roo deja ver que además de la dirección general, a cargo de Francisco Elizondo Garrido, son cinco las principales áreas que no cuentan con alguna contraloría interior.
Las cinco áreas son: la subdirección de Obras, a cargo de Francisco González Orozco; la Unidad de Servicios Técnicos, donde está Felipe Puc Hernández; la de Transporte, con Alberto Durán Torres; subdirección de Administración, Carlos Guevara Arenas, y la subdirección de Comunicaciones, con Enrique Ramírez del Ángel.
En los últimos meses ha habido señalamientos en cuatro de estas áreas, pues empleados, empresarios y contratistas manifiestan cobros de diezmos de la subdirección de Obras. Por su parte, el subdirector de Administración fue suspendido de funciones mientras se le investiga, por lo que actualmente no está firmando documentación. El subdirector de Transporte fue relacionado con Carlos Guevara Arenas de denunciar ente la PGR a trabajadores del Centro para sus intereses personales, y el caso de Felipe Puc Hernández, es el más descarado, pues constituyó una empresa a nombre de su hija, simulando un laboratorio para lucrar con el presupuesto carretero.
Aun cuando se han realizado fuertes señalamientos, no hay investigaciones al interior de la dependencia para sancionar a los funcionarios que incurren en actos de corrupción, y el director del Centro SCT, Francisco Elizondo Garrido, se desentiende de estos temas, mostrando complacencia o complicidad.
De hecho, diversas fuentes consideran que Elizondo Garrido prácticamente no tiene funciones como director del Centro SCT, pues su trabajo se limita a firmar las licitaciones de obra, que posteriormente los propios funcionarios de la dependencia se encargarán de sacar provecho a través de una mafia que parece inamovible.
Finalmente, es necesario mencionar que se han detectado más anomalías tras la remoción de un funcionario del área de Laboratorios de manera arbitraria por parte de la Dirección General, mismas que se darán a conocer en una próxima entrega.
Fuente: Por Esto! Por Miguel Ángel Fernández