Se sabe que la primera vez que se conmemoro el “Día dela Mujer Trabajadora” fue, el 19 de marzo de 1911 en varios países de Europa, y en aquella ocasión participaron más de un millón de mujeres ansiosas por hacer saber al mundo sus anhelos y necesidades, como lo eran: el derecho al voto, a la ocupación de cargos públicos, a la formación profesional, pero sobre todo el derecho al trabajo y a la no discriminación por el simple hecho de ser mujer.
Cabe mencionar que este día no se celebra, se “conmemora”, ya que una de las versiones más conocidas sobre este tema cuenta que el 8 de marzo de 1857 en Nueva York las mujeres de una fábrica protestaron por la mejora de sus condiciones laborales, tras lo cual el dueño de esta las encerró y prendió fuego a la fábrica muriendo 129 de ellas. Es por ello que en conmemoración de este suceso surgió más adelante el “Día Internacional de la Mujer”.
Pero lo más importante no es el saber el origen de esta conmemoración, si no, el saber que día a día convivimos con esos grandes seres las “mujeres”, a quienes debemos reconocerles esa lucha imparable que han sabido llevar con el tiempo, para ser reconocidas, aceptadas y valoradas por ser seres humanos como todos, y dejar atrás aquellas ataduras y limitaciones que las rodeaban por ser “mujeres”.
Sabemos que existe un sin número de mujeres, las amas de casa, las emprendedoras, las aguerridas, las que son padre y madre a la vez, pero, hay unas mujeres que realmente merecen, no solo el reconocimiento, sino también el apoyo, las mujeres del campo, aquellas mujeres que la sociedad ha marcado como las más calladas, pero creemos que tal vez, el estar tan cerca de la naturaleza les ha permitido el don de poder expresarse mucho mejor con actos y no con palabras. Y es que estas guerreras, salen adelante, trabajando de sol a sol, cultivando sus tierras, criando a sus animales, cuidando todo con mucho amor por que de ello depende el tener una buena cosecha o una buena productividad de sus animales y al mismo tiempo, de ello depende el sustento de su familia, si cuentan con un esposo la cosa es un tanto más fácil, pero si son de aquellas madres que juegan el papel de ambos padres la situación se hace más difícil, la lucha y el trabajo se multiplican al doble, esas jornadas bajo el sol se vuelven más duras y largas, pero no hay nada de una “mujer” no haga por mantener el sustento y la armonía de su hogar.
Todas las mujeres son tan diferentes pero a la vez muy iguales, sin importar a lo que se dediquen o si son madres o no, todas son “mujeres”, todas han luchado por que sus capacidades sean reconocidas y ellas sean incluidas en el mundo actual, como lo que son “seres muy capaces”, y su lucha continúa día a día y poco a poco ha ido generando grandes cambios en lo laboran, político y social.
La situación de la mujer ha evolucionado desde que un millón de mujeres se reunieran el 19 de marzo de 1911 para pedir públicamente lo que por naturaleza les correspondía, pero no debemos olvidar que un siglo después, aún hay objetivos que no se han logrado, como la no discriminación de la mujer en el trabajo. Es por esto que no debemos conformarnos, recordar que esta es una causa, por la que se ha luchado por mucho tiempo y que ningún organismo oficial va a defender con más garra que las “mujeres”.