PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD.- La prepotencia del empresario ecocida Jorge Montalvo Ferráez alias “Chaquis” sigue afectando a la zona de playas aledañas a su hotel The Reef Coco Beach con la erosión de los arenales, pese a que acató la orden de derribar una de las tres escolleras disfrazadas de muelles de madera, a la par colocó de manera horizontal a la línea de costa, junto a su edificio, dos tubos geotextiles para retener la arena, manteniendo el cambio de corrientes.
El club de playas Caníbal sigue siendo el más afectado por la voracidad del empresario que sólo vela por sus intereses para proteger su playa, ya que literalmente se han quedado sin arenales, derribando una palma de coco y avanzando la erosión hacia la estructura, incluso dificultando el paso de los turistas.
Lo más grave es que el cúmulo de piedras que se dejó al derribar el antiguo edificio abandonado, ubicado entonces al costado derecho del club de playa y el alambrado con púas, hace más peligroso el transitar los bañistas, corriendo riesgo tanto al entrar al agua como el pretender pasar entre los maderos y palmeras como puntualmente reflejan las gráficas captadas este martes.
Hay que recordar que el pasado 2 de diciembre de 2015, la empresa Grand Coco Bay S.A. de C.V. ante el ordenamiento de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y patentizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), finalmente retiraron la escollera sur disfrazada de muelle de madera, aunque quedan dos estructuras similares que siguen dañando las playas aledañas, que fueron instaladas desde el 4 de julio de 2014.
Sin embargo, astutamente el empresario ecocida Jorge Montalvo Ferráez alias “Chaquis” instaló dos tubos geotextiles (rellenados de arena) de manera horizontal a la nula línea de costa o el muro de contención del complejo hotelero, costado izquierdo de la escollera central, para atrapar arena y proteger su zona, situación que no solucionaba en nada la erosión porque los cambios de corrientes son alterados.
Cabe hacer mención, que incluso los ambientalistas cuestionaron que por un lado retiraba una de sus tres escolleras pero colocaba otros geotextiles para contener el daño a sus estructuras, del cual no presentan una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) y se presume que fue un acuerdo que tuvieron con el delegado en Quintana Roo de la Semarnat para proceder con el desmantelamiento, que hasta la fecha no ha sido aclarado.
Fuente: Por Esto!