Conecta con nosotros

Voracidad de funcionario corrupto

Publicado

en

img_1454918474_ea57ed23684975d50acdCHETUMAL.- Mientras el Sindicato de Trabajadores de la SCT señala que el delegado, Francisco Elizondo Garrido, toma represalias contra empleados de base luego de que se dieran conocer actos de corrupción en la Unidad de Servicios Técnicos, se tuvo conocimiento que uno de los trabajadores removido actuaba en contubernio con el director de dicha área, Felipe Puc Hernández, para “ordeñar” a las empresas constructoras.
Trascendió que el funcionario de Laboratorios que fue comisionado al área de transporte “operaba” para Felipe Puc Hernández. El hasta hace unos días trabajador del área de Servicios Técnicos hacía verificaciones a las obras que realizaban las empresas que ganaban licitaciones en la SCT, les buscaba defectos, y luego Felipe Puc, utilizando su cargo de director, amenazaba a las empresas con levantarles reportes con los cuales podrían ser penalizadas.
Fuentes confiables revelaron que el trabajador en cuestión responde a las iniciales W.C.A., y era el brazo de presión del titular de la Unidad de Servicios Técnico para que los empresarios pagaran cientos de miles de pesos para que les certificarán la calidad de trabajos que no cumplían las especificaciones.
En días pasados, el líder sindical de la SCT, Ezequiel King Ortiz, declaró que directivos del centro SCT en el Estado habían comenzado a tomar represalias contra el personal operativo del área de Servicios Técnicos, a raíz de las publicaciones que este medio informativo había realizado sobre actos de corrupción en los que se encuentra involucrado el director de la Unidad de Servicios Técnicos, Ingeniero Felipe Ángeles Puc Hernández.
El trabajador removido era el encargado de hacer recorridos en las obras, y levantar información sobre posibles defectos en las mismas o incumplimiento de parte de las empresas.
Después, entregaba dicha información a su jefe, el director de Servicios Técnicos, Felipe Puc, y éste a su vez amenazaba a las empresas con emitir reportes.
Luego, les pedían dinero a los constructores, “para evitarse problemas”, en cantidades que van de los 15 mil pesos hasta los 3 millones de pesos, según fuentes consultadas.
Una de las fuentes explica que, para entender cómo opera la mafia en el Centro SCT Quintana Roo que encabeza Francisco Elizondo Garrido, es necesario conocer cómo funcionan “los moches”.
Si una empresa gana una licitación de 30 millones de pesos, tiene que reportar el 10 por ciento, es decir, unos 3 millones de pesos, como “diezmo”.
Para compensar la pérdida y maximizar las ganancias, lo que hacen las constructoras es disminuir gastos en materiales. Una manera de recuperar esos tres millones de pesos puede ser poniendo una carpeta asfáltica menos gruesa que la exigida. Normalmente debe colocarse una cinta asfáltica de 5 centímetros de espesor, pero para recuperar los 3 millones de pesos, la empresa puede colocar 4 centímetros en lugar de 5.
El negocio es enorme, ya que en un tramo de 10 kilómetros la empresa se puede ahorrar 3 millones de pesos con sólo quitarle un centímetro de espesor a la carpeta asfáltica.
En un tramo de 10 kilómetros, y una carretera de 14 metros de ancho, quitarle un centímetro a esos 10 kilómetros equivale a no poner 500 metros cúbicos de asfalto, y el precio en el mercado de esos 500 metros cúbicos es de 3 millones de pesos.
De esta manera recuperan las empresas, después de “los moches” que les aplican en la SCT, señala la fuente.
No obstante, W.C.A, el trabajador removido del área de Servicios Técnicos de la SCT, era el encargado de reunir evidencia de las irregularidades en las que incurrían las empresas constructoras. Se la pasaba a su jefe, Felipe Puc, y éste amenazaba con levantar reportes que en muchos casos hubieran terminado en penalizaciones para las empresas.
De esta manera, después de llegar a un acuerdo monetario con las compañías constructoras, Felipe Puc las dejaba en paz, a cambio, claro, de un soborno, el cual va de los cientos de miles hasta millones de pesos.
Así obligaba Felipe Puc Hernández a las empresas a negociar con él, para que pasaran las pruebas de calidad.
No obstante, la voracidad del funcionario provocó serias molestias, pues si una empresa se ahorraba 3 millones por bajar la calidad de los trabajos, se le pedía el 50 por ciento, es decir, un millón y medio de pesos, los cuales sumados a los 3 millones de pesos del diezmo inicial, dan una baja de 4 millones 500 mil pesos a una obra. Por ello, en muchas ocasiones se observan trabajos de mala calidad, y sin haber cumplido con las especificaciones técnicas necesarias.
Esta sólo es la muestra en un área del Centro SCT Quintana Roo, de como funcionarios buscan beneficiarse del presupuesto carretero, en perjuicio de la calidad de vías de comunicación de la Entidad líder en materia turística del país.

Fuente: Por Esto! Por Miguel Ángel Fernández

Sigue leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Goyo Yupit Digital.