CHETUMAL.- La corrupción en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) se ha incrementado considerablemente en los últimos ocho años, producto de dos factores determinantes.
Desde la administración federal del panista Felipe Calderón Hinojosa, los directores de los Centros SCT en los estados ya no son de carrera, hora son puestos políticos, y después del regreso del PRI a Los Pinos en 2012, dejaron de hacerse auditorías regionales.
Extrabajadores de la SCT lamentan que esta importante dependencia esté observándose como un nicho de corrupción, cuando anteriormente se destacaban las obras de infraestructura que se realizaban para el desarrollo del Estado.
Refirieron que la corrupción en esta instancia se debe a que hasta el sexenio de Vicente Fox Quesada tenían atribuciones las contralorías internas regionales, donde personal de la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) realizaba auditorías anuales.
Al llegar a la presidencia Felipe Calderón Hinojosa, la Secodam (hoy Secretaría de la Función Pública) desapareció ese esquema y las auditorías empezaron a realizarse por quejas o denuncias expresas. Actualmente, en el gobierno de Enrique Peña Nieto, en la SCT ya no hay auditorías anuales ni sistemáticas, por lo que floreció la corrupción en las delegaciones de los estados, porque no hay temor entre los funcionarios a ser removidos por el saqueo presupuestal.
Otro punto que ha propiciado arbitrariedades en los centros SCT de los estados, es que los directores ya no son de carrera, tradición que rompió el panismo durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa.
Ejemplo de cómo los directores eran profesionales del ramo, son los casos de Fernando Escamilla Bass, Daniel Quintal Ic, Ricardo Guerra Quiroga, César Faustino, Peralta Salomón, lo cual se rompió con Miguel Ángel Núñez Pérez-Gavilán durante los últimos años del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, y ahora en la administración de Enrique Peña Nieto con el verde ecologista Francisco Elizondo Garrido.
Anteriormente, los trabajadores llegaban a directores después de 25 o 30 años de carrera, incluso para ser director primero tenía que ser subdirector; para ser jefe de departamento primero se tenía que ser jefe de oficina; pero eso cambió radicalmente como herencia administrativa panista.
“Acabaron con la primera y única dependencia federal que aplicaba el servicio civil y de méritos, en la que sólo los altos cargos nacionales eran políticos. Los centros SCT eran de carrera”, manifiesta un jubilado de la instancia.
Un caminero retirado explica que antes los directores eran ingenieros civiles, en aeronáutica o de vías, mientras que para ser subdirector muchos pasaban primero por ser inspectores de transporte o capitanes de puerto, “pero ahora no hay carrera al interior de esta dependencia, como claramente muestran los últimos directores”.
Por su parte, jubilados de la Zona Maya recuerdan que directores llegaban a los campamentos, visitaban las obras y personalmente convivían y escuchaban directamente a los trabajadores.
Hoy en día, en las oficinas del Centro SCT Quintana Roo ubicadas en la capital del Estado, es casi imposible encontrar a Francisco Elizondo Garrido, quien no convive con la clase trabajadora, no visita las obras y es señalado de no afrontar los problemas de la dependencia, como los cierres carreteros por parte de ejidatarios y tampoco los señalamientos de corrupción al interior de las principales áreas de la delegación.
Fuente: Por Esto! Por Miguel Ángel Fernández