EL CEDRALITO, BACALAR.- La vida del campo en la comunidad El Cedralito ha quedado a manos de los más ancianos, pues los jóvenes deciden emigrar en busca de trabajo, en tanto que los adultos hacen labores ajenas a la siembra, ya sea en mantenimiento y limpieza de potreros o chambas comunes que encuentran en su comunidad o en las cercanas.
Lo anterior fue dado a conocer por el subdelegado de esta comunidad bacalarense, Humberto Pat Chan, quien dijo a POR ESTO! de Quintana Roo que de las 70 familias que hay en el poblado, en su mayoría sólo los integrantes más viejos son quienes siguen dedicados a la siembra como único sustento.
El Cedralito es una comunidad bacalarense con aproximadamente 300 habitantes, de los cuales en su mayoría son niños, mujeres, adultos y adultos mayores, ya que los jóvenes se ven en la necesidad de emigrar del poblado que los vio nacer para instalarse en un lugar donde tengan mejor calidad de vida.
“Después de terminar el bachillerato, los jóvenes de aquí dejan la comunidad y se van a buscar trabajo en otro lado, ellos ya no se quedan a vivir del campo porque el campo ya no está dejando para vivir, y entonces se van a otros lugares para conseguir dinero con el cual comprarse sus gustos y ayudar a la familia”, comentó Pat Chan.
Mencionó que en el caso de la gente adulta, si bien muchos siguen viviendo en la comunidad, ya no se están dedicando al trabajo del campo como antes lo hacían, y ahora siembran en pequeñas cantidades que consideran suficientes para el alimento diario, pero para subsistir se dedican a labores comunes que encuentran en el pueblo o lugares cercanos.
“Los ancianos son los que todavía viven del campo, ellos son los que trabajan sus parcelas todo el día porque ya traen esa costumbre, pero los más jóvenes se van de la comunidad y los adultos trabajan limpiando potreros o cuidando a los animales, o hacen chambas de chapeo, pintura; buscan también trabajos de albañilería, deshierbe y limpieza de los ranchos, o cualquier trabajito que les caiga, porque la siembra ya no es suficiente para salir adelante”, explicó Pat Chan.
El entrevistado sostuvo que la mayoría de los jóvenes que dejan el nicho familiar encuentra trabajo en la parte norte de Quintana Roo, que se caracteriza por ser una zona altamente turística; en tanto que otros consiguen empleos temporales o fijos en Bacalar y Chetumal.
Dijo que en menor cantidad hay jóvenes viviendo y trabajando fuera del Estado, e incluso en los Estados Unidos, lugar de donde envían dinero a su familia para ayudarlos con los gastos.
Pat Chan señaló que reflejo de esta situación es que en antaño el ejido El Cedralito lograba sembrar más de 400 hectáreas de maíz, calabaza chihua y frijol, pues por cada familia se cultivaban arriba de las 6 hectáreas, ya que esta actividad les dejaba tanto para comer y también para vender; sin embargo, actualmente se cultivan menos de 200 hectáreas, que son principalmente de maíz y sirven para el autoconsumo.
“La gente ya no quiere arriesgarse con la siembra, porque hemos tenido malas experiencias con la sequía de los últimos años, ya que las familias hacen un gran esfuerzo por invertir en sus parcelas, y después lo pierden todo por la sequía, o también por culpa de las plagas. Entonces la gente ya no le está sacando provecho al campo, porque aquí no hay apoyos y lo poco que tenemos no es suficiente, y ahora que la tierra no nos está proveyendo como antes pues se está dejando de lado el trabajo del campo”, concluyó Pat Chan.
Fuente: Por Esto!