Aspirantes republicanos debaten en EU, con el partido en grave crisis
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hace 9 añosen
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DETROIT/WASHINGTON, EU, (AFP/AP/Reuters/EFE).- El Partido Republicano descendió este jueves un nuevo peldaño en una crisis sin precedentes ante el resistido liderazgo del multimillonario Donald Trump para las elecciones de noviembre, emn coincidencia con un nuevo debate entre los aspirantes a la Casa Blanca.
Desde lo alto del prestigio que aún goza dentro del Partido Republicano, el ex candidato presidencial Mitt Romney dijo en un apasionado discurso en la Universidad de Utah que una candidatura de Trump en las elecciones presidenciales conducirá a una catástrofe electoral, y pidió que los electores opten por los otros aspirantes aún en carrera.
Romney, vinculado a las estructuras del partido conservador y perdedor ante Barack Obama en los comicios de 2012, dijo que el candidato del bando conservador debería ser uno de los otros aspirantes: los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, o el gobernador de Ohio, John Kasich.
“Sus promesas son inútiles, como una carrera de la Universidad Trump”, señaló el ex gobernador de Massachusetts en alusión a la institución académica creada por el multimillonario, cuyas operaciones cesaron en 2011 bajo sospecha de prácticas ilegales.
Trump –dijo- “está embaucando al público estadounidense” con ideas vagas, como la construcción de un muro en la frontera Sur para taponar la inmigración ilegal y la promesa de que México pagará esa muralla.
“Sus políticas nacionales -aseguró- conducirían a una recesión. Su política exterior haría a EU y el mundo menos seguros. No tiene ni el temperamento ni el juicio para ser presidente”, afirmó.
Con su embestida, Romney abanderó la revuelta de los sectores tradicionales del Partido Republicano, que plantan cara a la cada vez más evidente candidatura a la Casa Blanca de Trump, al que no ven apto para dirigir al país más poderoso del mundo.
En respuesta, Trump aseguró durante un discurso en Maine que Romney había pensado la intención de disputar la campaña este año pero que se “acobardó” precisamente porque el magnate inmobiliario estaba en carrera.
De las 15 elecciones internas que los republicanos ya realizaron este año, Trump se impuso en 10 de ellas, y ya tiene en sus manos casi la mitad de los delegados necesarios para garantizar la nominación presidencial en la convención nacional republicana, prevista para julio.
Todos contra Trump
Poco antes del discurso de Romney, Trump se había quejado amargamente ante la red de TV MSNBC por la forma en que el Partido Republicano lo está tratando, y cautelosamente aludió a la posibilidad de lanzar su candidatura de forma independiente.
“Firmé con el comité republicano una carta de compromiso, pero no estoy siendo tratado correctamente. Traje millones de personas al partido y lo van a descartar. Si participo como independiente o no, esas personas aún van a votar”, dijo.
En un discurso la semana pasada ante gobernadores republicanos, Carl Rove no anduvo con rodeos y alertó que una candidatura de Trump sería “catastrófica” para el partido.
Por su parte Alex Castellanos, otro de los mayores estrategas del Partido Republicano, al igual que Rove, dijo al diario Washington Post que ya era “demasiado tarde” para tratar de contener a Trump.
El tono xenófobo, demagógico y divisorio de la campaña del magnate causa enorme malestar en el “establishment” republicano y ha hecho saltar las alarmas del partido ante su Convención Nacional de julio próximo, que designará al candidato a la Presidencia.
Desde el sector tradicional del Partido Republicano, el respetado senador John McCain, candidato presidencial en las elecciones de 2008 que ganó Obama, acudió en ayuda de su “amigo” Romney, con quien dijo compartir sus “preocupaciones sobre Donald Trump”.
Docenas de expertos en temas de seguridad nacional advirtieron que Trump no está capacitado para ser Comandante en Jefe de un país.
En una carta divulgada la noche del miércoles, el ex secretario de Seguridad Nacional Michael Chertoff y más de 70 expertos dicen que a pesar de las muchas discrepancias entre ellos, están unidos en su oposición a que Trump llegue a la presidencia.
“Su visión de la influencia y el poder estadounidenses en el mundo es muy incoherente (…). Oscila entre el aislacionismo y la temeridad militar en el espacio de una frase”, denunciaron.
“El apoyo de Trump al uso amplio de la tortura” es inaceptable, sostuvieron.
Criticaron además “la odiosa retórica anteislámica” de Trump y su posición a favor de librar guerras comerciales que según dijeron llevaría al desastre económico en n mundo cada vez más interconectado.
En otra muestra extraordinaria del caos que viven los republicanos, John McCain dijo que “hay muchas preocupaciones sobre las desinformadas y de hecho peligrosas declaraciones del señor Trump sobre cuestiones de seguridad nacional que han sido planteadas por 65 líderes republicanos de Defensa y política exterior”.
El actor estadounidense George Clooney tachó a Trump de “fascista xenófobo” en una entrevista que publica hoy el diario británico The Guardian.
Al rescate de Trump salió la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, icono del movimiento ultraconservador Tea Party, quien ha hecho campaña junto al controvertido multimillonario. “Donald Trump, no piques el anzuelo”, afirmó Palin en un mensaje publicado en la red social Facebook, en el que reprobó “el engaño y el ataque sin sentido del aparato” contra el magnate.
Debate en tiempo de crisis
Es en este escenario de guerra interna a cara descubierta que los aspirantes presidenciales Republicanos trabaron el jueves un nuevo debate, con la ausencia del ex neurocirujano Ben Carson, quien el miércoles adelantó que prepara su salida de la campaña.
El último de los debates republicanos fue un espectáculo de agresiones, burlas y acusaciones entre Trump, Cruz y Rubio, y el de este jueves en Detroit (Michigan) repetió la receta a raíz de los resultados obtenidos en la jornada del supermartes, que consolidaron la marcha triunfal del millonario.
Pero aún sin Trump en la ecuación, la coyuntura se mantiene crítica para los republicanos ante los urgentes llamados de Cruz y Rubio a unir fuerzas contra el polémico magnate.
El senador Cruz, un referente del Tea Party, ala más a la derecha del Partido Republicano, es considerado también un enemigo jurado de la dirección partidaria por su negativa a seguir las orientaciones de las bancadas.
En las últimas primarias republicanas, Cruz ganó en cuatro estados, y por eso el martes hizo un llamado a los otros aspirantes del partido a que arrojen la toalla para alinear fuerzas de forma de derrotar a Trump.
Ese mismo martes, sin embargo, Rubio también ganó en un estado, y respondió que coincidía en la necesidad de alinear fuerzas aunque era Cruz quien debía arrojar la esponja.
Datos finales
Según conteo final de datos del superpartes, Trump alcanzó 329 delegados; Cruz, 231; Marco Rubio,110; John Kasick, 25. Los candidatos republicanos necesitan 1,237 delegados para ganar la nominación.
Por su parte, Hillary Clinton cerró con 1,058, y Sanders con 431. Los democratas necesitan 2,383 delegados para ganar la nominación.
Europa tiembla
Superada la perplejidad que causó en un principio la candidatura de Trump a las presidenciales estadounidenses, Europa ve ahora con preocupación el avance del magnate, que suena como una advertencia frente al auge del populismo en el continente.
De visita en Washington, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, no dudó en apuntarse en el debate con un discurso que aludía claramente al favorito de la primaria republicana.
“En Alemania y en Europa se desarrolla algo en nuestra vida política y, para ser honesto, lo constato también aquí, en Estados Unidos, durante la campaña de las primarias: la política del miedo”, dijo Steinmeier en un discurso ante estudiantes.
Donald Trump en la Casa Blanca sería una “catástrofe planetaria”, escribió por su parte el editorialistas del Financial Times Martin Wolf, después del triunfo de Trump en las elecciones del supermartes.
Trump es un “xenófobo y un ignorante”, agregó Wolf, que estableció un paralelo entre la trayectoria del millonario, la caída del imperio romano e incluso el ascenso de Hitler.
La misma inquietud expresa la prensa francesa, que establece una vínculo entre el irresistible ascenso de Trump y los recientes éxitos electorales de la extrema derecha en Francia y Europa.
Trump “no es solamente una curiosidad yanqui. Fustiga a las elites instaladas, acusa a los inmigrantes de todo y promete la Luna a los pequeños blancos afectados por la crisis. Una música populista conocida de este lado del Atlántico. Más preocupante que graciosa”, dice el diario Le Parisien.
El diario conservador Le Figaro afirmó que a su manera, Trump es un “lanzador de alerta”.
“A las élites políticas europeas conviene recordar que es peligroso olvidar el idioma de aquellos a los que piden el voto”, dijo Le Figaro.
El multimillonario recibió en cambio el apoyo de otra figura de la extrema derecha francesa, el expresidente del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen.
“Si fuera estadounidense votaría a Donald Trump”, escribió Le Pen en su
cuenta Twitter.
Para el diario alemán Die Welt, Trump es la versión estadounidense del ascenso de la extrema derecha en Europa, el representante de un “deseo de revancha contra las elites arrogantes”.
“Trump, Le Pen, Petry y todos los otros se parecen en su narcisismo que se alimenta del tumulto y de la enfermedad de la demagogia”, afirmó el diario.
Frauke Petry es la principal dirigente del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que conoce una fulgurante subida en los sondeos electorales gracias a la crisis de los migrantes.
“Cuando las clases medias comienzan a votar por Trump tenemos un problema”, resume el economista sueco Sandro Scocco, del círculo de reflexión de izquierda Arena.
A fines de 2005, las declaraciones de Trump diciendo que había que impedir “temporalmente” el ingreso de los musulmanes a Estados Unidos había recibido una ola de críticas.
Esas declaraciones generan “división” y son “estúpidas y falsas”. Si Trump “viniera a nuestro país estaríamos todos unidos contra él”, había respondido el primer ministro británico, David Cameron.
Fuente: Por Esto!