El día de ayer se celebró el día Internacional de los pueblos indígenas, día que para la XVI Legislatura y para las autoridades estatales pasó totalmente desapercibido, y no es que no se haya hecho o publicado alguna especie de memorándum sobre el evento, pero si de algo estamos conscientes, es que de aplausos no vive el payaso, ni de reconocimientos el indígena.
Durante esta administración las personas de las comunidades rurales han sido más una herramienta de la política barata y cartonera quintanarroense que un verdadero orgullo, y es que de reconocimientos y eventillos protocolarios no pasaron muchas dependencias, principalmente la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDE) a cargo de la nada querida Rosa Elena Lozano, la cual tras hacer escándalo por la inauguración del parador turístico, lo dejaron morir como un pequeño elefante blanco sobre la carretera.
Al día de hoy poco se sabe de algún apoyo real dado a las comunidades indígenas de Quintana Roo, eso sí, cada que se presta la ocasión los funcionarios no pierden la oportunidad de querer figurar, pero lo único que consiguen es hacer el ridículo vistiéndose con prendas tradicionales (que nunca volverán a usar) y tomarse la foto con los aldeanos, intentando mostrar una falso orgullo por las raíces mayas que han dado historia e identidad a nuestro estado.
Y es que en repetidas ocasiones los propios artesanos han demostrado su hartazgo señalando que para la titular de la SEDE no han sido más que títeres o parte del mobiliario que viste eventos del gobierno. A la opinión de la mayoría de los artesanos desde que inició la actual administración Rosa Elena Lozano, fue catalogada como una persona soberbia y sin el tacto para tratar con los ciudadanos, además de que desde a mediados del sexenio quedó más que exhibida la falta de resultados con nulos programas de apoyo verdadero y cientos de críticas hacia su “trabajo” que se intensificaron durante la pandemia.
Pese a todo ello la funcionaria continua muy bien arropada por el actual gobierno, y pese a su nulo trabajo, múltiples fracasos y atropellos para con los artesanos ha llegado al final de la administración estatal, sin aparente “jalón de orejas” alguno.
Peor aún resulta que exista el INMAYA y que en 6 años no se les conozca una sola acción relevante más que la de su simple existir, pues su dirigente, Delta Moo, tampoco ha pasado de cobrar a tiempo y sin falta sus quincenas, replicándose esto en todos los empleados de dicha instancia, que no lamentablemente no sirvió más que para alimentar a un grupo de burócratas sin interés por sus orígenes.
¿Hasta cuándo seguiremos soportando este tipo de burlas por parte de las autoridades?, lo justo sería ya no darle cabida a esos funcionarios que no se saben ni la historia de la cruz parlante, ni conocen los nombres de los héroes de la guerra de castas, digo, para mínimo hacer como que si estudiaron y no están ahí por mero palancazo, llenándose la boca y los bolsillos a costa de la gente que si nació y ama esta tierra.
Esperemos que la próxima administración no haga lo mismo y que voltee a ver como se debe a nuestros hermanos que se la parten día a día para mejorar y que tratan al político como si fuera de su familia cuando este solo busca aprovechar el rato y la foto.