Todos conocemos la situación de Nuevo León, donde la escasez de agua tiene a toda la población rogando por el vital líquido sin que el gobierno de Samuel García pueda siquiera meter las manos por ellos, pues el abasto de este servicio es solo durante un periodo limitado de 2 a 6 de la mañana, y eso para quienes pueden, porque muchos ni eso.
Aunque la situación para la Península de Yucatán no es por el momento alarmante, la CONAGUA ha advertido a Quintana Roo que regule y fortalezca las acciones que implican su uso, pues el cambio climático podría provocar que en un par de años el acceso al agua dulce sea extremadamente limitado.
Recordemos que el agua es utilizada en nuestra vida diaria para muchas actividades, y debido a su bajo costo mucha gente la desperdicia o hace uso indiscriminado de ella, pero no nos vayamos tan lejos, hace un par de años el campo quintanarroense sufrió de una sequía extraordinaria, lo que afectó la producción en varios rubros, especialmente en la caña de azúcar, que registró uno de sus años con menor producción y pegó directamente en el bolsillo no solo de los productores, sino de la población cercana a esa zona, al ser ese fruto el sustento de muchas familias.
Hoy, tenemos que cuidar más que nunca la manera en que la utilizamos, y sobre todo, no permitir que se contaminen las fuentes ni se haga un uso desmedido de ella, seamos más conscientes y evitemos un futuro sin agua.
